Tuvimos deseos
por entonces.
Tuvimos un
amor del bueno
exento de primavera,
y un pasional verano
en punto de la
noche buena.
Fue de nosotros
cambiar las uvas
por un doceavo beso,
fue nuestro cambiar
las aspiraciones
y al niño de estrella,
también fue mío
decidirte mi mejor
obsequio, y fue tuyo mi
mejor cuento de adviento.
Ahora Jesús regresa
y vos te me vas
de la navidad y manos.