De alguna forma lograba,
unos minutos compartir,
con aquel que le llenaba,
y feliz le hacía sentir.
No había lluvia ni tormenta,
tampoco para El,
para ir donde su amada,
al llamado estaba fiel.
Cinco minutos llamaban,
al tiempo que se compartía,
bajo el sol o con llovizna,
el amor los envolvía.
Para dos enamorados,
el tiempo es diminuto,
y las horas para ellos,
eran tan solo minutos.
Por circunstancias se alejan,
dos que se solían amar,
y cada segundo se siente,
el corazón estallar.
Y esos cinco minutos,
un recuerdo nada mas,
un amor que se marchó,
como una estrella fugaz.
Mil siglos son segundos,
cuando se ama con candor,
y un segundo son siglos,
cuando se sufre por amor.
J.Moscoso.
Derechos de autor reservados.
José Antonio Moscoso Vega.
Costa Rica, Puntarenas, Corredores.
04 de octubre 2017