mañanas y atardeceres son los que extraño mi amor junto a tu gran compañia que es toda una bendición. Tus brazos son mis refujios como el de tu corazón que me enseñan a querer más como en un tiempo anterior. No dejó de recordarte ni un momento porque yo, te extraño también te amo y es lo que siento en el hoy.
Tus ojos son dos luceros que engalanan tu hermosura y una sonrisa tan mágica que hacen perder corduras, tu vos hace melodías cuando el te amo se escucha y yo complaciente me encuentro al dedicarte mis letras que con el alma las digo y en versos mi dedos a puntan.
El Sonido tan especial que siento al escucharte es como observar la salida del sol iluminoso y gigante, se vuelve tan espontáneo el brillo de un nuevo día tanto por la mañana como por la tardecita.
Y es que no hay mañanas ni atardeceres desiosos esos que nos cautivan y el cual nos hace temerosos, mujer no dejó de recordarte; tanto que me siento loco, al verte hasta en el azul del cielo y escucharte en mis momentos solo.
HENRY RUIZ
4 DE OCTUBRE DEL 2017