Sevilla tiene diferentes colores, en la mañana con los rayos del sol es plata pura, por la tarde cobriza con las ultimas ráfagas de sol sobre sus calles o edificios, cuando llega la noche toda es dorada con sus faroles encendidos, su catedral y la Giralda iluminada, entre los aromas que emana de sus jardines en la noche, se puede ver como también la ilumina esa luna plateada, la que vela por Sevilla reflejándose en el río, alumbrando los oscuros rincones con sus besos y amoríos.
Esos besos y abrazos que en días nos dimos caminando por los laberintos estrechos de sus calles, los paseos por el parque, por la orilla del Guadalquivir para cruzar el puente y cenar en Triana, los dos sentados juntos, mientras los reflejos de la Torre del Oro en las aguas iluminan nuestras caras y nuestros besos bajo esa hermosa luna plateada.
© José Cascales Muñoz
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04 de Octubre 2017