¿Para qué fingir?
¿Para qué decir algo que no es realidad?
¿Para qué mentir?
Si tarde o temprano, se sabe toda la verdad
Dejemos a un lado,
El orgullo y la vanidad.
Y sepamos decir quiénes somos,
Con la mejor y simple humildad.
Porque no hay nada más valioso,
que un corazón simple y sincero
Porque cuando una persona es transparente
Da y recibe, amor puro y verdadero.
La mentira es un demonio disfrazado de ángel,
Algo que parece simple e inofensivo.
Pues aunque parece no lastimar a nadie,
Termina lastimando a un ser querido.
Dejemos fluir nuestra transparencia,
Para que seamos simplemente auténticos.
Para que fingir un corazón tan grande,
Si está lleno de amor falso y sintético.
Aprendamos a hablar y demostrar lo que decimos,
Con acciones que reflejan el sentir de nuestro hablar.
Y así en todos los días vividos
nuestras palabras, podrá brillar en su verdad.
Cuando una mentira termina siendo revelada,
Sentimos que perdemos a la confianza sola.
Pero en realidad perdemos a alguien que nos amaba
y en su totalidad, perdemos a una persona.
Pero al final de cuentas,
Cada quien es responsable de su decisión.
Y sabe cómo ir en su vida,
Y hacia qué dirección.
Pues cada quien decide,
de qué manera vivir su vida.
Porque el camino se decide
Por verdad, o por mentira…