Miré la muerte en tus ojos,
vi en tu mirada lo que
escondía bajo su túnica.
Ni vacío ni esqueleto,
ni huesos ni sombras.
Tan fría en tu pupila,
tan ardiente como hielo
sobre mi piel;
tímida, temerosa.
Miré la muerte en tus ojos,
y tus ojos me miraron también.
Desnudo, muerto,
vacío, esqueleto,
ni carne ni piel.
Miré la muerte a los ojos
y la muerte me miró también.