Santiago Miranda

De huesos y arquitecturas

 

Ya exprimidas las letras postreras
¿De qué sirve este envase?
-exprímelo también y que de ahí salga-
Un nuevo canto medular o aullido

Ya molida la carne sedienta
¿Qué afluente apaga ya la llama
Remanente? Los días se agitan de lado
A lado y ni ellos tienen claro la sucesión inminente

Desestructurada ya la idea, en fragmentos
La palabra ¿Qué sentido queda
Inagotable al paso del deseo foráneo?
¿Por qué nos quedamos y dejamos

Ser sobrepasados por la infamia
Del tiempo que promete pero no
Espera consentimiento? Tarde estalla
En firmamentos o en afirmaciones falsas

Se dilata y contrae como tu entraña
Ardiente, recaemos en los mismos
Deseos y deberes, yo acudo como suplicio
El placer es mi alimento y me cultivo

Para un tiempo devolverme nuevo e ido
Estar listo para contestar todos mis juicios
Y entregar ya mis huesos germinados en un atisbo
De belleza -mi mirar- un mirar ya de astros irisdizados