Zeroo

Timidez, ¡Maldita estupidez!

 

Timidez, maldita timidez,

Errante costumbre que me mata,

Que me hiere, maldita estupidez,

Que me entorpece y tu cuerpo me arrebata.

 

Agonizando siempre en la distancia,

Te veo radiante, siempre tan hermosa,

Pero me acerco y no puedo hablarte,

Me pongo nervioso y mi voz desaparece.

 

Mis incesantes deseos de estar contigo,

Mueren en ese acto cohibido,

Todo el mundo es testigo,

De que tu amor me resulta prohibido.

 

Torpes pasos doy cuando te cruzas,

Mi equilibrio queda sobre un hilo,

Ya no quiero tener excusas,

Quiero entregarte mi corazón melifluo.

 

Anesteciante deseo aniquilado,

Maldita timidez flagelante,

No sé cuánto eh llorado,

Por no tener el valor de abrazarte.

 

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Autor: César Alanís Morales