Las estrellas se esconden cavilosas,
bella luz diamantina se ha opacado,
dos luceros, el cielo ha cultivado:
perlas negras que lucen glamurosas.
Tus grandes ojos lucen ataviados,
de la dulce ternura que embelesa,
también tienen pasión y soy la presa,
de ojos sinceros, pero desconfiados.
La sonrisa que nace de tu boca,
es una bella rosa perfumada,
del jardín del olimpo, fue robada,
a un humano plebeyo, lo provoca.
Tu mirada y tu boca son sorpresas,
siempre tienen escondida la magia,
esa atracción sublime, que contagia,
y me hace suspirar, cuando me besas.