Recuerdo, de niña, verla pasar
en la calle, por un parque
o en casa de un familiar.
La miraba sorprendida,
mi inocencia preguntaba;
¿que es eso? ¿ que ha pasado?
encorvada y con garrota,
desde lejos me miraba.
No era, ni hora, ni momento
era constante... advertía
en el tiempo,
sigilosa, silenciosa.
Entre jardines, palacios
que se deterioraban,
la belleza marchitaba,
la salud empeoraba,
la paciencia aparentaba mejoría, como si de arraigo se tratará,
no entendía... que era eso.
Sus recuerdos, sus batallas
a todos encandilaba,
con mirada triste y lejana.
Con tantas historias contadas,
la experiencia de sus días,
eso la delataba y entre líneas
me decía; si supieras...
¡las vivencias, hasta llegar a ti!
tal vez guerras e injusticias, penurias, alegrias...trabajo y esfuerzo, me aceptarías
de buen agrado,
no todos son afortunados.
Que no te asuste mi nombre,
cuando notes esa carga,
en tus piernas, en tus manos,
esa melancolía, ese amor
convertido en cariño y compañía.
Sabrás que llegué a tu vida,
llámame etapa, llámame amiga,
a ti me asiré,
hasta el final de tus días.
Como si de una carta de amor,
se tratara, quisiera dejar posdata;
Quizás tarde, pero recuerda...
¡Yo, te estaré esperando!
Atentamente...La Vejez