Te voy conociendo querido mío,
y me enamoro de tu alma, de tus ojos, de tus versos.
Te voy conociendo y quedo admirada, por tu delicada ternura,
por tu buen juicio y por ser a veces tan niño y a la vez por ser tan hombre.
Te voy conociendo bello mío,
y me agrada tu dulzura, la ternura de tu mirada, y esa voz de mar rugiente que tienes.
Te voy conociendo y voy adentrando a tus rincones desconocidos,
y quedo maravillada por esos tus tesoros escondidos
por tus sabias palabras y conocimientos alejandrinos.
Te voy conociendo tierno mío, y en tu entrega me entrego sin reservas,
sin miedos, toda, feliz y contenta.
Te voy conociendo, y llego a pensar que me estoy enamorando,
que me estoy perdiendo, que me estoy ilusionado sin saber lo que por mi tu sientes,
te voy conociendo y me impactas, me gustas, me encantas,
pero al final yo sé que no me captas, y eso me duele, me duele tanto,
porque sé que sigues amando a esa, a esa misma que…
mejor me quedo callada y te sigo admirando.