“Desnudo recostado” – AMEDEO MODIGLIANI
Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.
ALEJANDRA PIZARNIK
Golpes de vino en las llagas de los labios
y las bocas beodas danzan,
improvisando un vals de Strauss en el lomo de la madrugada,
con pies aprendices en tablas húmedas y oscuras y carnosas
donde pende un deseo centelleante
y se ahorca el pavor que fractura sombras.
Voy dejando hilos rojos
y desciendo a borbotones,
aletean mariposas en la yugular
siento dos ríos agitarse en un cuello
y los poros se multiplican,
y los vellos izados lamen el aire.
Patria vehemente,
oasis en medio de esta atmósfera desierta,
cielo mudo.
Tu desnudez se parece a la masa de los panaderos
eres abril cuando cierras los ojos,
y yo te creo Euterpe cuando al parpadear mitigas el silencio,
tus pestañas chispean música
y la lengua no pronuncia tijeras
que puedan cortar.
Me moja una lluvia mediterránea
que exprimen bocas y dedos,
dejo de ser árido en la palma de tu mano.
Navego el tacto por espacios
frondosos y blancos
y revelo una estrella furtiva.
Palpo:
sudor espinoso,
huellas grabadas,
espumas en los vientres.
Siento el tuétano desbordar por mis venas
y tu cuerpo no deja de mostrarme
revelaciones.