El cielo agrietado en crónico suspiro
anuncia los pasos del leve retorno
del sueño cruel, irremediable y sonoro
del fin del susurrante y sutil estío.
Las lunas rojizas, los ríos sin fluidos
las tierras estériles, bosques son hornos
praderas en lomos, agonizantes lobos
otrora bravíos los yertos caminos.
Y nacen en ruedas fractales miradas
esencias perpetuas que el éter diagrama.