El lecho que ardía
--soneto endecasílabo--
..
Mátame con el roce de tus manos
impregna ese perfume entre mi piel
que oliendo aquel aroma a flor y a miel...
besaré tus recónditos arcanos.
Mis labios piden ya placeres profanos
que tu cuerpo se entregue al fuego cruel,
las caricias saben hoy más a hiel
entre sábanas con sueños insanos.
En el lecho llegó nuestro momento
dos cuerpos que se muerden sin piedad...
nuestro placer no tiene que ser tierno.
Quiero oirte susurrar y como el viento
tu cuerpo acariciar ¡ser tu deidad!
... y llevarte hasta nuestro propio infierno.
Parece el averno,
pero te juro amor ¡te gustará
y otro cuerpo jamás te atraerá!
..
Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
08 - 10 - 2017