Levanto la persiana y el sol es un brasero, pero se escucha que diluvia en el patio trasero.
Olvidé en qué vida dije: \"ve tranquila, aquí te espero\", sin saber que cuando vuelvas ya seré otro caballero.
Se salpicó esta hoja aún debajo del alero. Quédate con tu limosna y mi sombrero, no los quiero.
Ajeno al despilfarro está el corazón austero. Si en su choza de barro no hay espacio pa´ el dinero.
Hace tiempo que no compro amor sin miramientos, ¿De qué sirven los descuentos si uno no está atento a la fecha de vencimiento?
No es la mujer de mi sueño pero me lo quita. Hay memorias de niño risueño en la historia de esta estalactita.
Si me despojas de tu cobijo nadie me sonroja. Siempre que elijo es fijo un manojo de paradojas.
Así escribía teorías de espionaje, cuando sonó el timbre del recreo y me distraje. Sé lo que es ser libre hasta que vibre su mensaje. Es que siempre fue el retorno lo más largo de los viajes.
Desarmo la maleta, desato la corbata, me quito los zapatos y este traje de etiqueta. Tirita el esqueleto, que lata hasta que mate, es un rato de maltrato, sólo bajen sus braguetas.