Hermes Antonio Varillas Labrador

“Humilde Credo” - (DDPM)

“Humilde Credo”

A mi colega educador y amigo Mendoza

 

Creo con fe, pero sin sectarismo ni exacerbación, pues definitivamente no me considero incrédulo, ni ateo.

Creo en causas primigenias, porque para hacer empleo de la creatividad, primeramente en ella creo.

Creo en la relatividad y en el equilibrio natural, es en ciertos abusos de la especie humana en lo que no creo.

Creo en determinantes causalidades y no en el azar ni en casualidades, es decir, no deseo ser de la suerte un reo.

Creo en la justicia divina que es decir la misma ley de compensación, y dudo de la ley del hombre y su ajetreo.

Creo en las Sagradas Escrituras, a pesar que ciertas jerarquías pretendan usarlas en procura de oro y de trofeos

Creo a pesar de vicisitudes, en el digno ejemplo de un milagro agrícola como el del elegido pueblo hebreo.

Creo en el libre albedrío sin jubileo, pero no politicastros líderes que con inmoralidad le han dado mal empleo.

Creo en la ciencia y los números, también en la probabilidad del error humano y no es necesario un muestreo.

Creo en que la comunicación honesta nos permitirá mejores derroteros, no importa sea virtual y por correo.

Creo en las marcadas diferencias individuales, de talla, peso y credo, pues no somos borregos uniformados para el arreo.  

Creo en la poesía y la música y no en la guerra como cruel torneo, enseñemos a los niños no armas y sí teoría y solfeo.

Creo en la reciprocidad, no en el mito del averno, la vida es un boomerang efectivo y después vendrá un justo pareo.

Creo en el infinito tamaño de Universo ante el cual somos microscópicamente muy pe-que-ños, y así lo deletreo

Creo en las necesarias virtudes y en la tolerancia y no me preocupa que otro escriba, que yo escribo y también leo

Creo en el humor y jocosidad como bálsamo aliviador tanto que de este Credo un amigo diría: “Más bonito, queda feo”

Creo en mi humilde producción inspirada en al menos un minúsculo ápice de la Creación y con ello me recreo.

Creo en una única verdad absoluta, en Dios como entidad y energía de bondad, sin más dogmatismo ni más palabreo.

 

Por Hermes Varillas Labrador

 

1687                     08/10/2017