Eres agua de la fuente antigua,
que mana siempre fresca,
transparente y nunca exigüa
colmas tu sola mi garganta seca.
Preludio breve del verano,
en esta efímera primavera,
mi cuerpo de ti ya espera,
la dulce caricia de tu mano.
Cántemos pues a la vida,
ya que tuvimos la suerte de nacer,
aunque seamos como estrellas fugaces.
Démosle la bienvenida,
al mar a la tierra a todo nuevo ser,
a las aves cantoras y a las solemnes rapaces.