Y eso se desparramo por tantos lados que no pensábamos. Esas acciones cómplices nos revolotean por acá dentro, van volando sin importarles nada, todo este espacio por conocer pero tantas cosas no llegamos a ver, ni a obtener.
Será que eso no era para nosotros, era una fábula emocional de esas que nos gusta generar.
Y nos desparramamos los sentimientos, los pensamientos, las emociones, se desparramo nuestro cuento o nuestra historia que quedo a medio escribir o prendimos fuego la hoja con miedo.
Y nos dejamos llevar por la actualidad, nada de cartas, nada de llamadas a la puerta, ni de mensajes telepáticos. El ritmo de los días nos desordeno, la sociedad nos desorbitó.
Eso que tan suelto quedó andando por ahí, esos pedazos de cosas inconclusas podrán encontrar un lugar en esta humanidad donde se puedan juntar, ordenar, se irán lejos nos dejaran.
Nos desordenamos más de lo habitual, nos ilusionamos sin querer, nos distanciamos por no querer y acá estamos otra vez queriendo volver.
Volver a pedazos de cosas inconclusas para concretarlas, esa lindura que tiene el alma se pone marchita de la nada, algunas cosas jamás podrán ser pero nos cuesta creer, tantas otras serán, nos sorprenderán, nos ordenara este desorden del cual no le encontramos nombre.
Esa lindura que tiene el alma, te sienta bien cuando la tener ordenada.