Al amanecer me desperté en tu soñar
desvanecido de presencias y sombras…
sin esa soledad de melancolía y desencanto
que se descubre en la esperanza desnuda.
Mientras tu silencio adormece el otoño,
entre los suspiros alentados por la calma
que se disimula con alientos de dulzura
para poder regresar en el ensueño de tu mirada.
En otro despertar de apasionado recuerdo
que se sustenta con la ilusión liberada…
como un verso sofocado en el desaliento
que se compone en el calidez de tu cuerpo.
Y se desahoga con la caricia de tu boca,
tras la sombra de tu frágil silencio…
ese que respira mi alma
en cada espacio que te palpita.
Víctor Manuel Gutiérrez Caballero