Andrés L. Hernández

Apasionado

 

 

De la fiera tormenta

Azotando en mi ventana

En esta noche que

La soledad no acompaña.

Truenos surcan

El alborotado cielo,

Despertando en mí el anhelo

De irte a buscar;

Cruzar la frontera de tu cuerpo,

Y que en silencio nuestras almas

Se puedan comunicar.

El miedo me atormenta,

No sé qué pasará

Si tal vez al cruzar la puerta

Mal has de reaccionar

Pero solo una vez ha pasado

Lo que se ha vivido

Y en medio del frío

Entro a buscar.

Abro las puertas

Y sus chirriantes ruidos

Hace que mi agitado corazón

Aumente más sus latidos.

Me percatas y te levantas

Me comienzas a mirar,

De tu boca un susurro suave

Mi nombre comienza a llamar.

Me acerco y miro

En tus ojos la divinidad,

Y de manera inconsciente

Tus labios empiezo a buscar.

Y en tu boca encuentro calor

Y a su tiempo también  pasión.

Mi mano baja por tu cuerpo,

Y la tuya desabrocha mi camisa,

De tu rostro brota una sonrisa

Que despierta mi sed de amar.

Tu cuerpo desnudo,

Hermosa deidad,

Lo aprecio con besos,

Y hundiéndome en su mar.

Entre sábanas blancas

Se hablan dos almas

Que con el calor del cuerpo

Se pueden comunicar,

De una manera tan caótica,

Como si fuese el Big Bang.

Nuestros cuerpos unidos,

Nuestras almas en la infinidad

De este choque de universos

Que ocasionaron nuestras ganas

De sentir lo que es el amar.

 

ALHR 0731