Cabalgo entre la bruma de tu olvido
Soy prisionero del desdén de tu abandono
Me pierdo en el ayer que un dia vivimos
Y muero ante lo cruel que hay en tus ojos
Me mandaste a la carcel simplemente
Por no ser lo que de mi tu ambicionabas
Me culpaste aun sabiendome inocente
Descargando la maldad de tu mirada
Sabes bien que aunque quieras doblegarme
No tendras en tus manos mis despojos
Fue por eso que quisiste encerrarme
En la celda fria, de tu despiadado enojo
Ojos de hollin y cenizas
Pupilas de ardiente fuego
Que abrasan como la llama
Y queman mi amor sereno
Se bien que tu llamarada
No acabará lo que un día
Ardiente y enamorada
Entre mis brazos dormías
Y aunque quieras olvidarlo
Se que lo llevas por dentro
Porque aunque me estés odiando
No te olvidas de mis besos
Fabián Reyes