“El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento”
Platón
“La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión persistente” Albert Einstein
EL HOMBRE RELATIVO
Soy un náufrago, dijo en el laboratorio, el hombre delgado, sin pelo, extrañamente vestido y con idioma difícil de entender, que acababa de aparecer como desde la nada en el Campus.
Había alarmado al personal universitario, ya que además de su aspecto extravagante, y de su singularísima aparición, hablaba de su naufragio, pero se encontraba a 500 kms del mar.
Explico ante los profesores, que no era un marino y que estaba perdido en el tiempo y por eso era un náufrago temporal.Es necesario que en “mi tiempo” sepan el momento exacto donde estoy para que puedan rescatarme, explicaba.
Hubo un ínfimo error de cálculo “ab initio” que devino en incertidumbre de mi “presencia” en esta ubicuidad tiempo-espacial, decía. Saben que estoy en el siglo veintiuno…Pero necesitan contar con más información en los factores de la ecuación para que pueda ser rescatado…..
Manifestó el viajero, el porqué de su presentación subrepticia y furtiva y no de forma oficial.
Hay razones para mantener reserva sobre mi presencia en esta época y es necesario el regreso a la mía. Todo a partir de una complejísima sucesión de conducentes e intrincadas causalidades.
Algunos conocen el cuento del viajero del tiempo que pisa una mariposa en el Periodo Triásico, y a su regreso no existe la civilización; esa fantasía ilustra el sentido del concepto.
El viajero dijo llamarse Adán y expuso en el claustro, la necesidad indispensable de no entremezclar las líneas temporales que guían los designios del destino.
Las derivaciones podrían ser de tal magnitud, que darían lugar a la aparición de inimaginables universos paralelos en un estallido cosmológico de dimensiones tan variadas y recónditas como ustedes jamás han concebido.
Para evitar abstrusas paradojas en la realidad, era de una urgente necesidad tiempo-espacial, dijo, que volviera al futuro.
Así como llegó en la segunda década del siglo 21, resultaba más difícil volver por razones de falta de base de lanzamiento. Debían rescatarlo.
Y de no suceder, su nacimiento sería una virtualidad teórica; y al no existir no podría viajar al pasado para evitar la muerte de los padres de sus padres antes de conocerse.
La historia mutaría, hasta el punto de no producirse su nacimiento en el futuro lejano…
Debía evitarse una confusión relativista que haría imposible su existencia.
Y eso es paradójico, porque de hecho estaba aquí.
La posibilidad de universos eventuales es infinita…
El hombre temporal estaba persuadido, dada su contundencia argumental, de obtener colaboración del poder de la actualidad para ayudarlo a volver a su mundo.
El crono nauta explicó que necesitaba ciertos datos del reservorio de energía de los Estados Unidos, y de naciones asiáticas, que ya había obtenido de países europeos, que por razones obvias no podía divulgar.
Había logrado la información en una cumbre de científicos, hablando muy seriamente. Y comprendiendo la importancia existencial de la situación, ellos, cedieron a sus demandas.
Se excluyó de esas reuniones muy secretas, por razones comprensibles, a políticos, burócratas, militares, periodistas y escritores.
¡Con los hilos de la existencia se estaba hilando!
¡Debo regresar!...
O acaso no podría ser yo la propia mariposa del cuento.
Y producir vaya saber que catástrofe, más terrible, que la extinción cretácica de hacía más de sesenta millones de años.
Adán tenía su mundo a quinientos siglos en el “futuro”, su ascendiente era el Homo Sapiens, y él era un incipiente germen del Homo Gestalt, en camino de la adquisición evolutiva de fuerzas psíquicas con telekinesia para el hombre nuevo.
Con sus poderes produciría las condiciones para que ocurriera un “parpadeo” mundial en todos los grandes centros de energía que pasaría desapercibido para la ciencia del mundo “actual”, pero sería captado en el híper espacio, por los científicos de su época y podrían rescatarlo.
El profesor vio por última vez al eternauta cuando se produjo una extraña vibración, un resplandor…Y Adán desapareció en los inentendibles pliegues de la eternidad.
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