YO CLAUDIO

MI PEQUEÑO QUERUBÍN.

 Duerme mi pequeño querubín

que yo te haré compañía,

cuidaré de tus sueños,

mientras descansas 

de los juegos del día.

Yo te dejaré

por un momento, 

y te buscaré

una bonita compañía,

con Dios y sus angelés,

llenarán un mundo

de alegría.