Esa noche mientras paseábamos los dos cuerpos a cuerpo y cogidos de las manos disfrutando las calles jardines y plazas de mi Sevilla, escuchamos un grato sonido acompañado de unos olores entre las murallas del Alcázar y dejando atrás la entrada al Patio de Banderas, encontramos uno de los muchos rincones con encanto que esconde el barrio de Santa Cruz. La Plaza de la Alianza.
Es entrar en ella y dejarnos llevar por el sonido del agua de su fuente y el olor a Azahar en primavera, aunque ya estamos en otoño, pero el olor y el clima es el mismo, nos paramos por un instante para contemplar la fuente y las murallas que custodia el alcázar y sin darme cuenta no te el color de tus labios en los míos.
Abrazados seguimos por una estrecha calle que nos llevó a la Plaza Doña Elvira donde nos sentamos a cenar y a seguir contemplando la belleza de esta ciudad, en tus ojos se reflejaban los dos faroles que la plaza alumbraba mientras yo deje de mirar la ciudad para ver la sonrisa y la dulzura de tu cara.
© José Cascales Muñoz
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09 de Octubre 2017