REBELIÓN
Sientes en tu interior,
que la vida se apaga día a día,
que es más lento el motor,
que en tu mente hay sequía,
presientes, de tu fin, la cercanía.
Se pierden tus reflejos,
lo mismo que la vista y el oído.
Te miras al espejo
y te ves consumido,
sientes tu cuerpo viejo y dolorido.
Te sientes desplazado,
como un estorbo, si estás entre la gente.
Te sientes rechazado,
ves la sonrisa hiriente
de gente que te escucha displicente.
Sufres de soledad,
triste e indeseable compañera,
y en tu inseguridad
traidora y cicatera,
sospechas del que tienes a tu vera.
Y tu alma se rebela;
que presientes el fin y vas más lento,
insuflas en tu vela
un poco más de aliento,
pones más ilusión y sentimiento.
Refuerzas tus reflejos
con más serenidad y más prudencia
y si te sientes viejo
y añoras la potencia,
te dices que has ganado en experiencia.
Y si en algún momento
te crees por alguno rechazado,
en lugar de un lamento
o mostrarle tu enfado,
sonríes y lo apartas de tu lado.
Contra la soledad,
la receta más vieja de este mundo;
te rodeas de amistad,
del amigo profundo,
y la disfrutas segundo a segundo.
La vida selecciona,
te ayuda a descubrir al buen amigo,
a aquel que reacciona
padeciendo contigo
y abre su corazón para tu abrigo.
Vives en positivo,
que la vejez te dio sabiduría,
para sentirte vivo,
para vivir al día
y afrontarlo con toda valentía.
Y repartes momentos
de alegría, de cariño, de amistad,
y le dices al viento
que a pesar de la edad,
continúas viviendo de verdad.
Octubre de 2017
Jose Cruz Sainz Alvarez