Ella se pierde...
las caricias de sus palabras,
el disfrute de sus versos,
el placer de su poesía...
Dejarse desnudar y poseer
por la magía de un poeta
que acelera el corazón
logrando penetrar su tinta
empapando el alma de pasión...
Despertando otra vez
el fantástico juego de seducción
la piel, los sentidos y las fantasías
de quien se creía ya muerto
y sumergido en el desamor...
Ella se lo pierde,
por suerte yo no...
ESMERALDA