No me gustan esos libros,
esos con nariz respingada
con tapa de letras doradas,
se leen sin causar asombro.
Escritos en mesa de lujo
para adornar anaqueles,
los encuentras en burdeles
que casi provocan reflujo.
Amo ese libro añejo
que de leer se ve viejo,
ese que lee acurrucado,
en un prado y asombrado,
que con sangre fue escrito,
que emanó como un grito,
y en la noche fue alarido
deja el corazón partido,
ese lo hago mío.
Amo también
la palabra hermosa
sea en verso o prosa,
la palabra vale doble
y en esencia, mas noble,
si no carece de sentido
y es amor su contenido.