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De esmeralda te vistes cada día
cuando el Sol aparece entre la bruma,
y el vaivén de salada y blanca espuma
se convierte en mi eterna compañía.
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Impregnado de tanta fantasía
me hipnotizas , el tiempo se me esfuma,
y me dejo llevar como una pluma
con la brisa que llega al alma mía.
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Por completo me presto a tanto encanto,
al run run nacarado de tus olas,
y a la paz que resbala por mi frente.
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Acaricias preciosa con tu manto
a sirenas, a blancas caracolas,
y al poeta que escribe lo que siente