Con nuestras miradas en estrellato
cuando arde la luz de nuestro día
en donde existe un océano de primaveras
recitaremos nuestra poesía.
Cuando tu abrazo me amarre
cuando tus labios de gala prendan su azúcar
y como mares,
nos alce el trozo más limpio del cantar de cantares
recitaremos nuestra poesía.
Recitaremos con nuestros cuerpos
con nuestras almas
con uno de nuestros besos
a cada pedacito ebrios de la paz
añorando todos los colores
la presencia de los astros.
¡Ah, dime a mi tus encantos
y hazme probar el vino de cada verso!
Somos hilván de tres dobleces.