El alelí que en el campo crece olvidado
se cobija dulcemente con el frío,
el viento lleva a sus pétalos el rocío
que tantos días ha deseado…
Alguna conciencia tosca y vaga
tiene el muguete de la clara rosa
que en otro clero y otro llano posa
y bien sabe que haga lo que haga
ya el destino prematuro y plomizo
le ha trabado el nocivo hechizo
de habitar en otro cuerpo sin suerte
que siente mismo frío y mismo dolor
y en antípodas o en aras del amor
nos unirá la misma muerte.