Carlos Justino Caballero

ESE INSTANTE SOLO

 

Ni el abrigo del poncho

con sus hebras curtidas

de tiempo y de vida,

cobijó tu duelo.

Apoyaste tu cabeza

en el estambre suave

y dejaste crecer los rí­os

en tus ojos.

No salió de tu boca

suspiro ni lamento,

los hiciste prisioneros

de tu pluma.

Fue sólo un instante.

Pobre instante solo,

sólo a ti te tuvo

y a tu silencio sonoro.

 

 

De mi libro \"Soles y de escarchas\". 2004  ISBN 987-9415-17-5