AUSENCIAS
Contigo está pero en perpetua ausencia,
tan cerca y tan lejos de tu lado,
navegando quizá por el pasado
o soñando Dios sabe qué vivencia.
Sólo tienes su cuerpo sin mirada
perdido en una nube silenciosa.
Tan sólo una sonrisa afectuosa
con tintes de tristeza dibujada.
Si le hablas, en su ausencia, no te atiende,
la acaricias y te mira sin mirarte,
ni una señal que pueda confirmarte
que te sigue queriendo, que te entiende.
Es tan sólo en sus lúcidos momentos,
cada vez más breves y distantes,
cuando te miran sus ojos brillantes,
que se inunda tu alma de contento.
Y el amor que rebosa su mirada
con su silente y nítido lenguaje,
te transmite su cálido mensaje
de ferviente y leal enamorada.
Y entonces no te duele el sufrimiento,
se mitiga este trago tan amargo
de observarla sumida en un letargo
que le niega cualquier entendimiento.
Pides que se mantenga este resquicio
que ilumina esa parte de su alma
y que duren amor, paciencia y calma
que ayuden en tu duro sacrificio.
Lentamente los meses van pasando.
Tú te entregas a tu febril tarea
a pesar que la angustia te golpea
pues percibes que ella se está acabando
y temes que no sea suficiente
el tiempo que te queda aún a su lado
para compensar todo lo que te ha dado
porque su corazón sigue consciente.
Jose Cruz Sainz Alvarez
Julio de 2017