Jose Adolfo

El poeta

 Arañándonos el alma

como preludio de las horas muertas

vamos en búsqueda de la noche

 

Somos testimonio de agobiante extinción

herimos las hojas al leve susurro

 

Despertamos

agotados de lejanías

angustiados

al parpadeo de los rumbos

 

Aunque aferrados

seguimos

la única humedad que nos refleja