Encuentro en sus manos;
vestigios del orden
rasgos supremos e incomparables
simetría inédita a caudales
que desemboca en mares de belleza.
Encuentro en su piel una textura jamás pensada
jamás ideada
aquella que el terciopelo añora en sueños
y que es,la antagonía indiscutible de la espina.
A medida de mis posibilidades
hago contacto con sus manos
con ese lienzo de Dioses
cuya suavidad evoca a lo indescriptible
a lo imposible
a lo extraordinario.
Me confieso delincuente de segundos
pues en el acto protocolario del saludo;
robar un segundo cuando la contacto;
es anclar mi barco en otro mundo.
Ya se ha dado cuenta
que la lisura de sus manos me atrae
es néctar y polen
y en usted;suelo imitar a las abejas.
Procuro cuando le veo,estrechar mis manos
quemar los velos de dudas e incertidumbres
pues se que eso implica;
conectarme a otros planos
es fijar puentes a dimensiones etéreas
de las que suelen escasear aquí abajo.
(Quizá la blandura de su piel
sea el signo más grande,
de que la inmortalidad se encuentra en usted
Seguiré buscando su manos).