Rayo Yording

Sonate à une rose

 

Ah, respiro el aliento de la primavera
mutándose entre hojas de un ocaso esperado,
y la lluvia dorada de los rayos
esparcida adormecen al pueril y antaño.

 

Mas mi canto se refugia en el horizonte, 
mi flor querida, corola de olores.
Avispando van los ojos en tu regazo, 
adoliendo la extrañeza de los
moribundos hambrientos de amor,
de tu amor sagrado,
consume mi alma en la llama eternal de tu pecho,
alojando mi calma en tu sereno.

 

Pero mi secreto corazón se mantendrá vivo a tu llamado,
como jugando con rosas de un rosal rosado.
Funde mi aura al aura tuya,
y quedar abrazados a las brasas de esta llama
y ya nadie podrá apagarnos.