Allí lejos, donde está mi tierra,
Lloran los sauces su abandono,
Los abedules se erigen desolados
Al margen del agua oscura del lago
En el bosque desierto, sin alma viva.
Ay, cómo cae una hoja infinitamente
Al abismo del agua negra lacustre!
Al agua insondable del olvido...
Y en las cúpulas gime el viento del norte
Sus canciones tristes,
Elevándolas al lúgubre cielo.