No es amor, aquel que viene y va,
que se sienta en la azotea las mañanas y
al llegar a casa no te espera en el portal.
No es amor, el que quema sus días sin besos,
el que hiela las almas cuando calla el sentimiento.
Y no es amor el que tu me diste,
porque no puede ser que cada vez que te tuve,
al querer apretar tu cintura, siempre desapareciste.
No puede llamarse amor, aquel que te daña,
ese que quebranta las mañanas,
ese que cubre en seda la noche,
y ahoga el sueño de madrugada.
No mi cielo, no es amor lo que tuvimos,
pongámosle de nombre, \"delirio\".
Soledad atormentada sobre una copa de vino,
que nos hizo brindar nuestras miserias,
cuando ni siquiera un día nos tuvimos.
No puede llamarse amor, porque el amor es positivo,
es blanco azahar, dulce sigilo,
rojo carmín sobre la piel de un niño,
cuentos de hadas que habitan castillos,
y tierras sin dueños que son paraísos.
No podemos llamarle amor, y tú, lo sabes,
porque aunque dijeras que me amabas,
aunque murieses volando a mi nido,
nunca hubo un instante, en el que tus besos, fuesen míos.