te robé un beso,
el primero me llevo asta las lejanas costas del amor,
donde las montañas son de oro y los ríos de miel,
donde cada respirar me lleno de tu perfume de mujer,
te robé otro beso,
a la mitad del camino,
donde ni la lluvia, la niebla o el lodo lograron cubrirlo,
siempre nos tomamos de la mano y al ritmo de las olas navegamos,
te robé un ultimo beso,
el oro de las montañas que traigo en el bolsillo me pesa,
la miel que bebí de los ríos me envenena,
tu hermoso aroma aun se aferra a tu pálida piel y a tu cenizo cabello,
por segundos te siento a mis espaldas,
observandome mientras me despido del hermoso caparazón donde viajaste,
llevame contigo,
estoy listo...