Pensarte,
es acariciar sin sombras
las sonrisas,
es contemplarte
dentro de los ojos,
recordando las miradas
que pescaban
sonidos en la boca de la tarde.
Pensarte,
es repetir
el sabor el deseo,
devolviéndome
todas las hojas de los calendarios,
que no han amarilleado
su nombre,
ni apagado sus canciones.
Pensarte,
es recuperar,
dentro de las mías,
tus posesivas manos,
dulces pilares
que se anclaban a mi pecho,
sujetándo las mareas.
Pensarte,
es saber que el tiempo,
desteje su cadena
y se destiñe,
agotada su fuerza
y su capricho,
sabiendo que ayer es ahora,
y que ahora, eres tu.