Anonimo/

Miedo

El gato de la ventana me vuelve a maullar, me mira y se estira. Busco su calor, su amor, pero me vuelve a rechazar. Como todas las noches.

Cuando era chica tenía miedo a la oscuridad. La luz era lo que me protegía, me salvaba, me hacía feliz.

Cae una lágrima de la única nube blanca de la noche estrellada. O apagada. No sabe dónde está ni quién es.

Cae otra lágrima.

Lo único que acompaña a esta velada es el frío, la no luz.

Si, definitivamente no está brillando.

No hay estrellas, no hay luna que encandile, no llama la atención. Simplemente es ella. Llorando.

Trata de descubrir quién es pero está muriendo inundada.

La soledad la acecha, nadie la abraza. Está muerta.

¿Será que es una muerta viviente? ¿O una viviente muerta?

Cuando era chica le tenía miedo a la noche. 

Y resulta, que ahora yo lo soy.