Y me fui quedando dormido
con el suave trinar de las estrellas
bajo el suave aroma de un silencio;
silencio que se pudrió en lamentos,
quejas que ni los santos comprendieron
Noche, ¡detente! ¡no pases!
quedate con nosotros
permíteme más tiempo ser cañón,
porque al amaneceré el día seré metralla
y estallaré en los vientos
y salpicaré a todos
a unos con colores de flor
a otros con machas de rencor
y otros con heridas de dolor
¡Callen piedras del campo!
ya no griten dolores de parto,
dejen que la lluvia de la historia
lave sus heridas de espanto
¡¡¡MUERTE!!!
ven cuando quieras a buscarme
pero mientras llegue la hora
acurrúcate un tantito
que el frío que esta calando
no lo aguanta ni el espanto
¡¡¡FRIO!!!
no seas cobarde,
deja los que no tienen
ni un diario con que cobijarse…
¿Por qué no asciendes
a los penhouse
donde abundan cobertores?
¡Ah, eres como yo,
Nos quedamos con los desvalidos!
¡RELOJ!
¡acelera el paso!
no te quedes en la marcha
¡mueve al compás las agujas!
que el tiempo sigue avanzando
y ya esos cuatro escopetas
mi pecho están esperando