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El tiempo lo consume todo

El tiempo lo consume todo
tenías cicatrizado en la espalda
como un tatuaje oriental
implantado en la blancura de la geisha.

Entre lágrimas de occidente
contaminadas por la modernidad
reclamabas una pizca de certeza
entre el ramaje del alma universal.

En un orgasmo desplegaste tus alas
tartamudas de amor frígido
manantial ígneo fluorescente,
de ese numen empapaste
los cantos de mi trágico ser.

Luciérnagas de tus parpados
brotaban en el florecer de las palabras
que surgían del mar de tu boca.
Cada una de ellas en un destello
iluminaba el averno tras la mía.

El tiempo lo consume todo
dice ahora mí corazón,
al sentir el carcomer del vacío
al encontrar en el viento un alba milenaria
que en su llanto sólo acarrea tu adiós.