Improviso un soneto melodioso,
me apetece escribirlo rebonito,
que parezca, legítimo erudito,
y resulte agradable y cadencioso.
Recitarlo a tu oído sigiloso,
y adornarlo romántico exquisito,
recrearnos, saciando el apetito,
del amor, manantial apetitoso.
Se me muestra la vida en infinito,
irreal, y en estado nebuloso,
y a tu lado y contigo, resucito…
Versifico, entregado y generoso,
adjuntando, en legajo manuscrito,
mi legado, ordenado y cuidadoso.
Deogracias González