Cayo la rosa del rosal.
Tan esbelta y lozana.
¿Fue la brisa de la mañana
o la nocho sideral?
Tú...reluciente carmín.
En el suelo yaces extinguida,
entre hojarascas esparcida.
Ya no luces en mi jardín
Sus pétalos del suelo recogí.
De ellos,perfume exhalaba,
y para que no la olvidara,
con páginas de un libro, la cubrí.
El botón fue tu cuna y muerte.
Yo...sin tener alas he volado,
nunca de la senda me he apartado,
y sin embargo...corremos la misma suerte.
Aunque de vuelo a la poesía.
Contemplando a la flor,
ya en su purpúreo color.
El ocaso es la pofía.
Como los versos que escribo.
Sean los pétalos aunados
expuestos y recordados
en páginas de un libro.