Carlos Justino Caballero

EL ECO

 

El eco del cerro partí­a el aire antes de morir.

Entre los pinos que crecieron y sus celos

nos dejaron sin el juego del espejo sonoro.

 

Inmutable sigue el cerro, aunque silente

por esa interferencia de follajes glaucos

y no advierte el granito que ha perdido vida.

 

Mas, como todas las vidas, vive aun después

de que murió lo tangible y el recuerdo

mantiene el grito que partí­a el aire

 

como espejo de ondas sonoras.

 

De mi libro \"Desde aquella Strelitzia\". 2014 ISBN 978-987-1977-32-1