La lluvia
me moja
como si no importara
mi presencia
esta noche
en la calle Juncal.
El calor sofocante
de vapores
que circulan
como figuras de baile
acompañan mi paso
por la calle Juncal.
El aire se hace escaso
como si un puño
gigante
me apretara
impidiendo avanzar
por la calle Juncal.
Sin poder más
me siento
en el cordón
y mis pies
son arrastrados
por ese río
de la calle Juncal.