dejadme
amados míos
a la inhóspita
vera...
dejadme correr
los riesgos...
dejadme amados
seguid vuestros
senderos...
dejadme las insospechadas
frondas
donde se esconde
el verbo,
el silbo de los pájaros,
la transparente lengua
para nombrar las
cosas,
dejadme la música,
y el vino...
dejadme la aventura
de elegir mis
caminos...
dejadme...
dejadme ser
amados...