**Huelva**
Y ardieron las ramas
de aquellos pinos verdes,
cuando esa mano maldita
prendió sin alma la dehesa
de todos los onubenses,
y Huelva se quemaba
al igual que mi corazón
de ver sus llamaradas
ardiendo sin compasión,
hoy son cenizas sus montes
ese vergel que la naturaleza dio
y llorando está el coto
al igual que sus gentes,
maldiciendo aquella mano
que sin ningún dolor
prendieron sus pinos verdes,
los caminos del Roció
de marrón los vistieron,
y a la blanca paloma imploraron
con lágrimas en los ojos
que tenga castigo esa mano,
muchos años tardara
en lucir otra vez verde,
pero con fuerza renacerá
¡porque Huelva es única y valiente!
Siempre lo ha sido y lo será,
y el viento canta un fandango
con esa voz ronca y rota.
De tanta pena que tiene al verte....
Elena ©