Cuando sientes eso que no sabes
como exactamente describirlo,
eso que te hace sonreír,
que te dan ganas de reír,
de caminar sin zapatos,
de cantar,
eso se llama felicidad.
O será que es el amor
disfrazado de un mendigo
que toca a tu puerta,
de vez en cuando es bueno
seguir al loco corazón
porque hasta la razón
se puede equivocar,
porque aún abriendo
bien los ojos no vemos
y caemos.
Pero tú niña mía,
tu mi delicada alma,
tú sueña en calma,
que yo velaré junto a tí
con mis alas.