Gurisitos de mi tierra, jugando van,
a buscar agua y harina para hacer pan,
ellos tienen la sonrisa inocente y gentil,
el trabajo lo toman como juego infantil.
Con los baldes repletos vuelven cantando,
no les da el cuerpo para seguir saltando.
La mamá con sus otros pequeños los miran,
una lágrima de orgullo rueda por su mejilla.
Trabajan duro los chiquillos mayores,
para que los pequeños de hambre no lloren,
amasan y juegan, juegan y amasan,
al horno de barro va a parar el pan.
En el almuerzo, reunidos, las manos se dan,
ellos le piden al Tata Dios de los cielos,
que a los pequeños, del otro lado del mundo,
con sus barrigas vacias, El les provea también.
que ya no mueran mas los niñitos de hambre y sed.
Olvidan sus propias carencias y piensan en los demás,
creen que son millonarios, tienen de todo, tienen hogar,
de paja y barro lo ha fabricado con amor su papá.
*Dios de los cielos, ruegan despacio, dale un poco
de lo mucho que tenemos, a los demás*.
¡¡Gurisitos de mi tierra, llenos de paz y amor!!
Maria Hodunok.